Bastantes obras interesantes en el FIPA. Si juntamos todas, se ve un inquietante retrato de nuestro inicio de siglo XXI.
Es una pena que los organizadores no hayan montado una plataforma (subvencionada con publicidad o de pago) para ver las cintas que se se exhiben en el Festival. Me da que incluso se venderían más copias (para su proyeccción en TV o web) y se darían a conocer muchos creadores desconocidos.